Llueve dragón
Estimada princesa:
Tardé tanto en responderte porque no podía creer lo que he leído. Creo que recorrí tu carta unas 15 veces en esta semana y aun pienso que algo está equivocado. ¿Cómo hace el destino para hacer realidad un sueño palabra por palabra? ¿Cómo es que la realidad se amolda a nuestras fantasías haciéndolas realidad?
No lo sé y creo que no me importa.
Durante los últimos años he imaginado una carta como la tuya, esperando sólo la compañía de las letras, romper la soledad en que ambos vivimos sin otro objetivo que iluminar nuestras oscuras realidades. Y no es que desee la vida que llevo, pero en estos momentos no tengo muchas alternativas.
¡Vamos! Soy un dragón. ¿Quién desearía entablar una conversación con un dragón sin mirarle los dientes, las escamas, los cuernos o la garganta cargada de fuego? ¿Qué rey permitiría que su más preciado tesoro se envuelva en fantasías con un monstruo capaz de matar a la mitad de su ejército con las uñas de una sola de sus garras?¿ Qué reina permitiría que su hija sueñe con un ser tan diferente que para dormir necesita un montón de oro bajo sus escamas?
¡Nadie!
Sólo contaba con la ínfima posibilidad de encontrar a una doncella encerrada en la torre más alta, que aún no ha sido rescatada por su apuesto príncipe y que no juzgue a este alma solitaria por su apariencia.
No perderé más tiempo, enviaré esta carta sin más. Sólo ruego a las estrellas que esto no sea un sueño y que haya interpretado correctamente tus palabras.
Calurosamente
Calfumán
El dragón azul
Estimada princesa:
Tardé tanto en responderte porque no podía creer lo que he leído. Creo que recorrí tu carta unas 15 veces en esta semana y aun pienso que algo está equivocado. ¿Cómo hace el destino para hacer realidad un sueño palabra por palabra? ¿Cómo es que la realidad se amolda a nuestras fantasías haciéndolas realidad?
No lo sé y creo que no me importa.
Durante los últimos años he imaginado una carta como la tuya, esperando sólo la compañía de las letras, romper la soledad en que ambos vivimos sin otro objetivo que iluminar nuestras oscuras realidades. Y no es que desee la vida que llevo, pero en estos momentos no tengo muchas alternativas.
¡Vamos! Soy un dragón. ¿Quién desearía entablar una conversación con un dragón sin mirarle los dientes, las escamas, los cuernos o la garganta cargada de fuego? ¿Qué rey permitiría que su más preciado tesoro se envuelva en fantasías con un monstruo capaz de matar a la mitad de su ejército con las uñas de una sola de sus garras?¿ Qué reina permitiría que su hija sueñe con un ser tan diferente que para dormir necesita un montón de oro bajo sus escamas?
¡Nadie!
Sólo contaba con la ínfima posibilidad de encontrar a una doncella encerrada en la torre más alta, que aún no ha sido rescatada por su apuesto príncipe y que no juzgue a este alma solitaria por su apariencia.
No perderé más tiempo, enviaré esta carta sin más. Sólo ruego a las estrellas que esto no sea un sueño y que haya interpretado correctamente tus palabras.
Calurosamente
Calfumán
El dragón azul